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El colectivo siembra somos tú y yo, bueno tal vez tú no, pero nosotros si. Somos un colectivo de estudiantes que compartimos posturas semejantes y que decidimos organizarnos para sembrar nuestras ideas y utilizar las armas que nos da la educación para tratar de contrarrestar el azote que el capitalismo representa para la humanidad.

lunes, julio 24, 2006

Taller de creación colectiva: ¡NO TE CALLES!

Los títeres y el teatro de calle.


El taller consiste en la aplicación de recursos escénicos visuales, sonoros, coreográficos y plásticos (títeres y máscaras) para la creación de pequeñas escenas con el fin de representarlas en espacios públicos. Los temas y contenidos de los cortos escénicos se realizarán con las propuestas de los participantes. Se elaborarán vestuarios, títeres, máscaras y utilería con materiales sencillos y de bajo costo.



Requisitos: Inscribirse en el registro de participantes, ropa cómoda de trabajo, un instrumento musical como: tambor, silbato, campana o cualquier objeto que haga ruido como cacerolas de metal, botes de hojalata, etcétera.



Materiales: Una caja de cartón, palos de escoba, brocha, pintura.



El taller se realizará el miércoles 26 y viernes 28 de julio del 2006 en la Plaza Santa Catarina, ubicado en Francisco Sosa esq. Tata Vasco Barrio de Santa Catarina - Coyoacán. Frente a la Casa de Cultura Jesús Reyes Heroles, de 15:00 a 18:00 horas.



Mayores informes a tlacuachetiteres@gmail.com


Tlacuache Títeres ha participado en talleres de teatro y de títeres dirigidos a profesionales; en talleres de construcción y animación de títeres, talleres de teatro comunitario, proyectos de intercambio cultural así como en festivales estatales, nacionales e internacionales.



martes, julio 18, 2006

19 DE JULIO, 70 AÑOS DE LA REVOLUCIÓN ESPAÑOLA

El 16-17 de julio de 1936 un intento de golpe de estado en España desencadenó una Revolución Social impulsada principalmente por grupos anarcosindicalistas. A este periodo se le ha llamado El verano de la anarquía y se le considera un hito en la realización social de la Idea anarquista, por ejemplo en regiones como Aragón, la revolución implantaba a su paso el comunismo libertario.


El verano de la anarquía
Los sindicatos CNT y UGT convocan una huelga general del 19 al 23 de julio como respuesta tanto al alzamiento militar como a la apatía del Estado frente al mismo. Pese a que ya existían antecedentes puntuales en días anteriores de distribución de armas entre sectores civiles, es durante la Huelga General cuando grupos de sindicalistas vinculados a los sindicatos convocantes y a grupos menores, asaltan muchos de los depósitos de armas de las fuerzas del orden, independientemente de que estén alzadas contra el Gobierno o no. Ya en estas primeras semanas, se establecen dos matices entre los sectores revolucionarios: el grupo radical, vinculado mayormente a la FAI y a través de ella a la CNT, aunque también participen otras organizaciones menores, que entiende el fenómeno del que participa como una revolución a la usanza tradicional; y el grupo posibilista, formado también por miembros de otro sector de la CNT (y otros grupo revolucionarios más moderados), que expresa la conveniencia de participar en un frente más amplio (el posteriormente llamado Frente Popular Antifascista, resultado de sumar los sindicatos a la coalición electoral Frente Popular).

Paralelamente, surge la formación de estructuras administrativas al margen del Estado, la mayoría de las cuales tendrán carácter local o comarcal, sobrepasando en casos puntuales estos límites; algunas de las más importantes serán:

Comité Central de Milicias Antifascistas de Cataluña
Comité Ejecutivo Popular de Valencia
Comité de Salud Pública de Málaga
Comité de Guerra de Gijón
Consejo de la Cerdaña
En todas estas estructuras queda reflejada la distinción anteriormente citada entre las dos sensibilidades revolucionarias. En manos de los radicales quedarán los Comités de Guerra y de Defensa, de progresivamente menor importancia, en manos de los posibilistas, el resto.

En pocos días se articulan los frentes de la Guerra Civil, de los cuales uno de los principales en el contexto de la Revolución es el de Aragón. El 24 de julio de 1936 parte la primera milicia voluntaria de Barcelona en dirección a Aragón. Es la Columna Durruti, alrededor de 3000 hombres, en su mayoría trabajadores coordinados por Buenaventura Durruti, que van implantando el comunismo libertario por los municipios por los que van pasando. Además, se formarán otras de estas estructuras militares como la Columna de Hierro o la Columna Rojo y Negro que parten también hacia Aragón. Todo este movimiento dará lugar a una extraordinaria concentración de anarquistas en la parte no tomada por los militares alzados. La llegada, por una parte, de los millares de milicianos anarquistas de Cataluña y Valencia y la existencia, por otra, de una gran base popular rural aragonesa de filiación anarcosindicalista permitirán el desarrollo progresivo de la mayor experiencia colectivista de la Revolución.


Mujer anarquista junto a la bandera de la CNT-FAIDurante esta primera fase la mayor parte de la economía española fue puesta bajo el control de los trabajadores organizados por los sindicatos; principalmente en áreas anarquistas como Cataluña, este fenómeno llegó al 75% del total de la industria, pero en las áreas de influencia socialista la tasa fue bastante menor. Las fábricas fueron organizadas por comites de trabajadores, las áreas agrícolas llegaron a colectivizarse y funcionar como comunas libertarias. Incluso lugares como hoteles, peluquerías, y restaurantes fueron colectivizados y manejados por sus propios trabajadores. George Orwell describe una escena de Aragón durante este periodo, en el cual participó como parte de la División Lenin del POUM, en su libro Homenaje a Cataluña:

Yo estaba integrando, más o menos por azar, la única comunidad de Europa occidental donde la conciencia revolucionaria y el rechazo del capitalismo eran más normales que su contrario. En Aragón se estaba entre decenas de miles de personas de origen proletario en su mayoría, todas ellas vivían y se trataban en términos de igualdad. En teoría, era una igualdad perfecta, y en la práctica no estaba muy lejos de serlo. En algunos aspectos, se experimentaba un pregusto de socialismo, por lo cual entiendo que la actitud mental prevaleciente fuera de índole socialista. Muchas de las motivaciones corrientes en la vida civilizada —ostentación, afán de lucro, temor a los patrones, etcétera— simplemente habían dejado de existir. La división de clases desapareció hasta un punto que resulta casi inconcebible en la atmósfera mercantil de Inglaterra; allí sólo estábamos los campesinos y nosotros, y nadie era amo de nadie. —George Orwell

Las comunas fueron usadas de acuerdo al principio básico de «De cada uno de acuerdo a su habilidad, a cada uno de acuerdo a su necesidad». En algunos lugares, el dinero fue totalmente eliminado, para ser reemplazado por vales. Bajo este sistema, el costo de los bienes era con frecuencia un poco más de un cuarto del costo anterior. Las areas rurales incautadas y colectivizadas durante esta fase de la revolución oscilan: más del 70% en Cataluña, cerca del 70% en el Aragón reconquistado, el 70% en la província de Badajoz, el 58% en Castilla La Mancha, el 49% en la Andalucía no sometida a los militares insurrectos, y cerca del 13% en la Comunidad Valenciana.

En el Aragón en el que se proclama el comunismo libertario al paso de las columnas de milicias libertarias, se forman aproximadamente 450 colectividades rurales, la práctica totalidad de ellas en manos de la CNT, con un número que rondará las 20 a cargo de la UGT.

En el area valenciana se constituirán 353 colectividades, 264 dirigidas por la CNT, 69 por la UGT y 20 de manera mixta CNT-UGT. Uno de sus principales desarrollos será el Consejo Levantino Unificado de Exportación de Agrios (conocido por sus iniciales, CLUEA).

A pesar de las críticas que clamaban por la máxima eficiencia, las comunas anarquistas producían más que antes de ser colectivizadas. Las zonas liberadas recientemente trabajaron sobre los principios libertarios: las decisiones eran tomadas a través de concilios de ciudadanos comunes sin ningún tipo de burocracia (cabe mencionar que el liderazgo de la CNT-FAI en este periodo no fue tan radical como los miembros responsables de estos drásticos cambios).

Sumado a la revolución económica, existió un espíritu de revolución cultural. Algunas tradiciones eran vistas como tipos de opresión. Por ejemplo, a las mujeres se les permitió tener abortos, y la idea del «amor libre" se hizo popular. De alguna manera, la liberación fue similar a la de los movimientos de la «Nueva Izquierda» de la década de 1960.

Pese a esta situación de descomposición de facto del poder estatal, para el 2 de agosto el gobierno toma una de las primeras medidas al objeto de recuperar el control frente a la revolución, la creación de los Batallones de Voluntarios, embrión del Ejército Popular de la República. También promulgará algunos decretos, más simbólicos que reales, desbordado por el fenómeno revolucionario:

Decreto del Gobierno estatal del 18 de julio declarando cesantes a los militares que participen en el golpe.
Decreto declarando cesantes a los empleados del Gobierno estatal que simpaticen con los golpistas del 25 de julio.
Decreto de intervención de la industria del Gobierno estatal del 25 de julio.
Decreto de incautación de los ferrocarriles del Gobierno estatal del 3 de agosto.
Decreto de intervención en los precios de venta de alimentación y ropa del Gobierno estatal del 3 de agosto.
Decreto de incautación de fincas rústicas del Gobierno estatal del 8 de agosto.
Decreto de clausura de instituciones religiosas del Gobierno estatal del 13 de agosto.
Decreto de socialización y sindicalización de la economía del Gobierno autonómico catalán del 19 de agosto.
Decreto de creación de los Tribunales Populares del Gobierno estatal del 23 de agosto.
Surgen también ya las primeras tensiones entre la estrategia de la CNT y la política del Partido Comunista y su extensión en Cataluña, el PSUC, y el 6 de agosto salen los miembros del PSUC del gobierno autonómico catalán por las presiones anarcosindicalistas.

viernes, julio 14, 2006

El porrismo en la UNAM

Erradiquemos ese cáncer con la lucha colectiva y organizada de la comunidad
* Cómo operan los porros
* Sus formas de reclutamiento
* Quiénes los financian y para qué los usan
* El papel de las autoridades en la defensa de los porros
* Qué hacer para acabar con el porrismo en la UNAM

Todo este semestre ha estado marcado por un gran número de ataques porriles en contra de estudiantes del bachillerato de la UNAM. A la par de sus agresiones, varios grupos de porros han lanzado campañas de reclutamiento tratando de fortalecerse y crear un ambiente de terror en la UNAM.
Para muchos estudiantes, sobre todo los de recién ingreso, es posible que no esté claro qué son los porros, cómo funcionan, quiénes los financian y cuál su objetivo.
Surgidos desde los años 50’s y sostenidos hasta el día de hoy gracias al financiamiento que reciben, los porros son grupos de choque, una especie de organizaciones paramilitares usadas por distintos grupos de poder, dentro y fuera de las instituciones educativas, para sembrar el miedo y evitar la organización y la lucha estudiantil, pero también para ajustar cuentas entre ellos, para fortalecer sus campañas políticas y disputarse el control de los puestos de gobierno, así como el manejo del presupuesto.

Cómo operan los porros

Organizan acciones vandálicas, asaltan comercios, transeúntes, pasajeros del transporte público y destrozan todo tipo de instalaciones. Dentro y fuera de las escuelas, se dedican a la extorsión y agresión contra estudiantes, al tráfico de drogas, robo de vehículos y autopartes, y al combate contra los colectivos estudiantiles, contra su propaganda y sus actividades políticas. Utilizan palos, tubos, petardos e incluso armas de fuego, a veces como simples demostraciones de fuerza, otras veces para disputarse territorios, y en no pocas ocasiones para agredir a activistas y a organizaciones que sus jefes quieren eliminar.
Además, realizan tareas más especializadas de provocación en marchas y actos políticos, tratando de desprestigiar al movimiento estudiantil y debilitar la conmemoración de fechas como el 2 de octubre y 10 de junio. También suelen encargarse de actividades de espionaje político.
No tenemos por qué resignarnos a ser víctimas de estos grupos. Identificar a las organizaciones porriles, recurrir a la denuncia de sus agresiones, resistir colectivamente a través de volantes, periódicos murales, asambleas y acciones colectivas y organizadas, son algunas de las formas de lucha que han permitido al movimiento estudiantil hacerle frente a la lacra del porrismo.
El movimiento estudiantil, a lo largo de toda su historia, ha enfrentado a los porros con la movilización colectiva, dejando claro que estos grupos no son parte de las organizaciones estudiantiles, sino un instrumento de sus adversarios.

Sus formas de reclutamiento

Los grupos porriles reclutan gente, sobre todo entre estudiantes de bachillerato, de diversas formas. En ocasiones recurren a invitaciones masivas a fiestas en las que ofrecen bebidas alcohólicas o drogas sin costo alguno, usando para ello camiones, locales y recursos económicos que les facilitan autoridades o los partidos políticos.
Otras veces utilizan formas más selectivas, obligando violentamente a los jóvenes a participar con ellos, ofreciéndoles simplemente el placer de dominar a otros o la posibilidad de acreditar materias sin tener que estudiar ni asistir a clases. Muchas han sido las denuncias de maestros, en particular del Poli, que son amenazados si se atreven a reprobar a los porros. En la UNAM las cosas no son muy diferentes: profesores de la Preparatoria 6 denunciaron que "El Charcho", conocido porro que reprobó un curso, apareció posteriormente aprobado en las actas finales.
Existe además la promesa de sueldos para aquellos que demuestran su compromiso con la organización porril o para quienes logran reclutan a más gente.
Está también la manera coercitiva, a través de amenazas si no acceden a integrarse o si intentan salirse de las organizaciones porriles. Diversos testimonios dan cuenta de estudiantes que han tenido que abandonar los estudios, para liberarse de este tipo de organizaciones.
Ningún estudiante debe dejarse engañar. No se trata nada más del reventón o el desmadre, hay muchos intereses detrás de los grupos de porros y las consecuencias de hacerse eco de sus invitaciones o dejarse intimidar para incorporarse a sus organizaciones, pueden ser muy dañinas.
Rechazar sus invitaciones, denunciar sus amenazas y acudir a las asambleas en las que se analiza y se organiza la expulsión de los porros en las distintas escuelas, son las mejores vías de evitar ser usado como carne de cañón por estos grupos y sus padrinos.

Quiénes los financian y para qué los usan

Durante largo tiempo los porros estuvieron vinculados directamente al PRI, pero con el correr de los años, otros partidos políticos entraron al negocio de apadrinar a estos golpeadores. Los propios porros aceptan que actualmente el PAN, el PRD y el PT, también contratan sus servicios. No son pocos los casos en que los mismos gangsters que actúan como porros en las escuelas, aparecen como guaruras personales de funcionarios en los mítines proselitistas.
Las autoridades de las propias instituciones educativas y miembros de los gobiernos federal y local, son otros padrinos de porros. Desde 1998 se hizo público que los porros se articularon en un proyecto de contrainsurgencia del gobierno. El 17 de mayo del 2000 formaron la Alianza Universitaria, "la madre de todos los porros", que se coordina con autoridades del IPN, Colegio de Bachilleres, Conalep, Centros de Estudios Tecnológicos y desde luego, la UNAM. Entre los grupos de la Universidad destacan el 3 de Marzo, la Organización Estudiantil Universitaria (OEU) y la Federación de Estudiantes de Naucalpan (FEN).
Presentamos aquí algunos extractos de una entrevista a un porro confeso del grupo 3 de marzo (considerado uno de los más fuertes en la UNAM) publicada en La Jornada el 6 de junio del 2004, para dar una idea de su organización y las labores que les encargan a estas mafias de golpeadores:
“Los jefes seleccionan a los más cercanos. Tienes que ser el más violento, partirle la madre al que se ponga enfrente, tienes que robar y obedecer lo que ordenan los líderes. El grupo tiene una estructura bien definida, con jefes, subjefes y coordinadores, todos le tienen que dar su cuota a los de arriba. Cuando ya era uno de los más fieles, supe del apoyo que dan las autoridades tanto del plantel –calificaciones y certificados a los jefes y a veces dinero–, como de la delegación Gustavo A. Madero (GAM). Ahí trabajan algunos del grupo que tienen relaciones con políticos del PRI, PAN y PRD, quienes pagan a cambio de apoyos en sus campañas y llevando chavos a sus actos... Por acuerdo de los jefes del grupo trabajé en varias campañas políticas. En 1997 apoyamos a Alfredo del Mazo; me pagaban 100 pesos al día y la comida, pero a los jefes les daban mil diarios y una comisión mayor si llevaban muchos chavos. Íbamos a los mítines y nos poníamos camisetas del PRI junto con porros de la FEP del Poli”.
“El PRI financiaba al 3 de marzo y daba dinero a porros de Vallejo, Prepa 9, Prepa 3 y CCH Azcapotzalco. Hacíamos toquines con apoyo de la GAM. En la delegación trabajaban varios líderes que recibían 50 mil pesos mensuales, ellos eran El Vaca, El Demon –de la Prepa 9–, Edgar Moreno Toledo El Marmota y Giovanni Xochipa El Mega –del CCH Vallejo...”
Los porros se venden al mejor postor: el 1° de febrero de 2000, en plena huelga del CGH, la rectoría montó una provocación en la Prepa 3, en contra de los estudiantes que sostenían el movimiento. El resultado de esa maniobra fue la detención y encarcelamiento de varios de cientos de huelguistas. Este es otro extracto de la entrevista ya citada:
“Las autoridades universitarias, el director y otros funcionarios, nos pidieron ir a la Prepa 3 para mandar a la goma a esos cabrones; a cambio nos ofrecieron certificados o pase directo a la Universidad... Esa vez las cosas se salieron de control y se armó la bronca. Las autoridades de la UNAM nos pagaron 300 pesos a cada porro... seguido nos usan para otros trabajitos parecidos”.
Cuando no hay un fuerte movimiento estudiantil, se dedican a tratar de debilitar a los colectivos que mantienen propaganda sistemática, que organizan foros, conferencias y otras actividades políticas contribuyendo a que los estudiantes vayan adquiriendo conciencia social.
Es usual también que cuando se avecinan cambios de funcionarios y gobernantes a distintos niveles, los porros sean usados para tratar de establecer cotos de poder, para ajustar cuentas entre los de arriba y disputarse el acceso a los huesos y el control del presupuesto.
Este es el tipo de “política” que practican los partidos y los grupos de poder dentro de ellos. No les importa el daño físico y psicológico que pueden provocar a miles de jóvenes, ni poner en riesgo la vida misma de estudiantes y activistas, no les importa nada más que aumentar su control y llegar a los puestos a costa de lo que sea.
Se trata de los mismos partidos oficiales y organizaciones que reciben financiamiento gubernamental, cuya descomposición se ha tornado evidente en los últimos meses, que se hacen fraudes uno a otros para ser candidatos o quedar bien ubicados en el nuevo gobierno. Se sacan sus trapos sucios a través de video-escándalos o haciendo públicas sus millonarias cuentas bancarias y demás tranzas, como si alguno de ellos estuviera limpio de culpa. Se amenazan y se hacen fraudes unos a otros para después hacer lo mismo entre los diversos partidos o para acomodarse en la estructura de gobierno de las instituciones educativas. Y para hacer este tipo de fregaderas, cuentan con los medios masivos de comunicación, con las instituciones que “imparten justicia”, con los jueces que se venden al mejor postor, y con todo el aparato estatal. Se trata de una verdadera guerra sucia que se expresa a todos los niveles, en donde los estudiantes quedan reducidos a carne de cañón de intereses que muchas veces desconocen.

El papel de las autoridades en la defensa de los porros

Las autoridades de los planteles más fieramente atacados por los porros en los últimos meses y las autoridades centrales del la Universidad, se la han pasado declarando que nada tienen que ver con las agresiones de los porros, que condenan esos actos de violencia, etcétera. Pero poco o nada han hecho para evitar las agresiones y no se plantean expulsar realmente a los grupos de porros.
En realidad, en diversas ocasiones las denuncias de los estudiantes ante el jurídico de su escuela cuando han sido víctimas de agresiones porriles, se han transformado en consignaciones a “ambas partes”: consignan a los porros pero también a los agredidos. Luego resulta que los propios abogados universitarios evitan que se desarrollen averiguaciones contra los porros o los sacan de la cárcel pagando hasta sus fianzas.
Todo mundo sabe, por ejemplo, que en el CCH Naucalpan la FEN no fue tocada ni con el pétalo de una rosa, ya que está protegida por la directora del plantel, Angélica Galnares, y cobijada también por la administración panista del municipio a cargo de Angélica Moya. De igual manera en el ataque perpetrado por la Organización Estudiantil Universitaria (OEU) el pasado 10 de noviembre en la preparatoria 6, en el que resultó gravemente herido el estudiante Diego Contreras (al grado de ser hospitalizado y de casi perder un ojo), los porros no fueron atacados decididamente por las autoridades del plantel, encabezadas por el entonces director Apolonio García Sánchez (que renunciara días después), ni tampoco por el Ministerio Público, pues según Bernardo Bátiz (procurador general de Justicia del DF), los porros consignados fueron puestos en libertad porque “el juez consideró que no se podía identificar individualmente a las personas que portaban armas”.
Un ejemplo extremo e indignante es lo ocurrido en mayo de 2002 en el CCH Sur, donde un porro apodado “El Bodoque” asesinó de dos puñaladas al estudiante Ricardo Águila Reyes. Este reconocido porro había sido denunciado en múltiples ocasiones por la comunidad ante Rito Terán, director del plantel, pues su agresividad y violencia dentro del CCH eran evidentes. El director sostuvo una política de protección para su muchacho, con quien sostenía una amistad pública. “El Bodoque” había sido detenido por otra razón: durante la huelga, los activistas lo sorprendieron tratando de robarse 30 microscopios y lo entregaron al ministerio público. Pero sólo estuvo seis meses en la cárcel y salió porque las autoridades de la UNAM no sostuvieron la demanda en su contra. En cambio, De la Fuente y sus funcionarios levantaron demandas contra diversos activistas que participaron en una movilización masiva organizada por el CGH para impedir la instauración de la CECU, una comisión que querían utilizar para organizar un supuesto Congreso, completamente en manos de las autoridades, para avanzar en la imposición de las reformas que la huelga estudiantil le impidió realizar. Estas denuncias contra activistas estudiantiles sí han sido sostenidas, y hoy siguen bajo proceso varios compañeros, entre ellos Alejandro Echevarría, a quien próximamente se le pretende sentenciar a un período de 2 a 4 años de cárcel por supuestos daños a las propiedades de la UNAM.
Las autoridades universitarias están detrás los porros. Unos los contratan, otros los cobijan y los protegen, todos los usan de una u otra forma para sus intereses. Los abogados de la UNAM evitan que sean consignados penalmente o los sacan de la cárcel y hasta pagan sus fianzas. En cambio, consignan a los activistas que participan en movilizaciones masivas contra las políticas de los de arriba. Contra estos jóvenes, De la Fuente sí mantiene las denuncia penales, los somete a procesos judiciales durante años y busca que sean sentenciados a pasar varios años en la cárcel.
En los recientes hechos en las preparatorias 5 y 6, diversos medios de comunicación y las autoridades universitarias han querido presentar el conflicto como una enfrentamiento entre dos bandos: activistas estudiantiles y los porros. Con este tipo de enfoque tratan de lograr, por un lado, lavarse las manos y ocultar su responsabilidad, y por el otro, presentar a los activistas como grupo similares a las organizaciones porriles, para desprestigiarlos ante la comunidad estudiantil. Algunos editorialistas han centrado su ataque contra “el CGH” acusándonos de actuar de la misma forma que los porros, de extorsionar estudiantes, de mantener un poder con base en alianzas con funcionarios y multitud de calumnias por el estilo.
Sus intentos son inútiles. Los estudiantes identifican claramente quién es quién, a qué intereses favorecen los porros y por qué luchamos los estudiantes, conocen la forma en que actúan los porros y saben diferenciarlos de los activistas, que luchamos por transformar la UNAM en una institución verdaderamente al servicio de nuestro pueblo, que luchamos contra este sistema económico absurdo y atroz, que no gozamos de canonjías o prebendas, ni recibimos dinero de partidos político o autoridad alguna. Estas calumnias no tienen la menor posibilidad de prosperar.

Qué hacer para acabar con el porrismo en la UNAM

Mantenerse al margen de la lucha contra el porrismo, no le garantiza a nadie dejar de ser blanco de ataques, por el contrario, es importante participar en los foros y asambleas, en las movilizaciones organizadas desde estas instancias de discusión, pues mientras más respuesta contra los porros logremos, ellos menos gozarán de impunidad.
Este cáncer NO es invencible y puede ser extirpado, pero la solución no está en pedirle a las mismas autoridades que los protegen o los contratan que pongan más vigilancia o que se instalen patrullas con guaruras de la PGJ del DF en las puertas de nuestras escuelas. Eso no resuelve nada porque muchos de esos guaruras están en contubernio con los porros, o simplemente se hacen a un lado a la hora de las agresiones.
La única vía para enfrentarlos es la organización estudiantil. No se trata de que un puñado de valientes les haga frente o que se emprendan acciones sin respaldo, sin discusión previa, sin asambleas. Se trata precisamente de lo contrario.
La comunidad del CCH Vallejo, donde operaba el temido grupo 3 de Marzo, dio una importante lección no sólo a los porros, sino a las demás escuelas del bachillerato para enfrentar de manera efectiva a esta jauría de golpeadores. En diciembre del 2003, tras varios ataques del 3 de Marzo, se realizó una asamblea masiva en la que participaron estudiantes, profesores y trabajadores. En ella se denunció la protección de que gozaban estos porros por parte de las autoridades y se decidió tomar la dirección del plantel de manera indefinida, además de realizar una marcha en la que participaron más de 2000 compañeros de los tres sectores. El Director General de CCH´s, Bazán Levy, se vio obligado a negociar con la comunidad que había enarbolado ya una serie de demandas decididas en la asamblea: expulsión total de los porros, eliminación de cobros ilegales, ninguna sanción a los participantes en el movimiento y la destitución de Ramón Paredes, director del plantel, que utilizaba al 3 de Marzo como escolta personal. Bazán accedió a casi todas las demandas, pero se negó a sacar a su director. La presión generada y la eficacia de las acciones colectivas lograron una importante victoria. Desde ese diciembre el 3 de Marzo no ha regresado al CCH Vallejo, aunque lo ha intentado, derrotados por la férrea resistencia estudiantil.
Otro ejemplo importante es la correlación de fuerzas generada en el CCH Oriente por la inmediata respuesta organizada que los estudiantes han venido dando frente a los intentos, que llevan ya más de tres años, de consolidar grupos de porros para actuar en ese plantel. En septiembre del 2003 cuando integrantes del grupo porril 3 de Abril atracó a dos estudiantes, rápidamente se movilizaron varios colectivos estudiantiles, el grupo académico de los compañeros agredidos y otros estudiantes y profesores. Se realizó una asamblea para discutir qué hacer con estos porros que incluso portaban armas de fuego. La asamblea obligó al director del plantel, Miguel Ángel Rodríguez Chávez, a dar la cara y le exigió una serie de demandas. Los porros, detenidos por la comunidad organizada, fueron conducidos por una marcha al ministerio público. Días después un porro con jersey de la Federación de Estudiantes Politécnicos (FEP) ingresó al CCH Oriente y se dirigió al cubículo del grupo FESUO (grupo formado por las autoridades desde 1995 para oponerse a los activistas). Los activistas convocaron a la comunidad a sacar al porro, basados en las resoluciones de sus asambleas previas, y encontraron en el cubículo mencionado a varias personas en estado de ebriedad y atrincherados en ese local. Una vez que la comunidad logró expulsarlos del plantel, una nueva asamblea general abrió un locker en el local del FESUO, en el que había jerseys del 3 de Abril y de la FEP, además de petardos. Las autoridades tuvieron que sellar ese cubículo. Recientemente, ante nuevas denuncias del accionar de los porros, se realizaron dos marchas internas y se sigue actuando contra ellos, denunciando la complicidad del director que no hace nada, argumentando que actúan fuera de las instalaciones.
En la preparatoria 6, el 10 de noviembre pasado se suscitó un fuerte ataque por parte de la OEU en contra de estudiantes de la comunidad, hecho que causó gran indignación. Iniciaron las acciones de protesta por lo ocurrido. El entonces director, Apolonio García, recurrió también a la absurda justificación de que la agresión había sido “fuera del plantel”, y trató de evitar la discusión y organización colectiva cerrando la escuela. La comunidad declaró una asamblea permanente y tomó la dirección del plantel.
Por más que diversos medios de comunicación hicieron intentos por presentar esta agresión como enfrentamiento entre dos grupos, trascendió de manera inevitable la magnitud lo ocurrido, y ante la presión, el Director General de prepas, Héctor Herrera, tuvo que asistir a un diálogo emplazado por la comunidad, donde se le exigió castigo a los culpables y la disolución del grupo porril, la reinstalación de 13 estudiantes expulsados por motivos políticos, el compromiso de las autoridades de no reprimir a quiénes participaban en las acciones contra los porros y la destitución del director pues en su administración el porrismo se incrementó de una manera alarmante. Herrera prometió medidas contra los porros, pero se declaró incompetente para destituir al director. La movilización continuó, la toma de dirección se sostuvo y se involucraron los padres de familia apoyando decididamente a sus hijos. Tras dos semanas de movilización intensa y discusión amplia, se logró arrancar a las autoridades universitarias casi todas las demandas, entre ellas, la destitución de Apolonio García. Esta victoria fue resultado nuevamente, de que la respuesta fue muy amplia y la resistencia muy decidida, creando correlación fuerzas que obligó a las autoridades a tomar algunas medidas.
La organización de la comunidad del CCH Oriente, Vallejo, la preparatoria 6 y otras experiencias de lucha contra el porrismo, muestran el camino.
Por supuesto que la tarea no es sencilla. Enfrentamos toda una estructura de poder, porque los porros no son sino los perros de ataque de quién sostiene su cadena. Impulsemos todas las acciones que puedan echar abajo a la jauría: mítines, actos político-culturales, jornadas de información, y organicemos la resistencia colectiva a través de asambleas amplias y democráticas.
En la UNAM hace ya tiempo que se decretó una ley, la que los estudiantes escribieron con su lucha plebeya, digna y rebelde durante más de nueve meses en la huelga del 99-2000. Esa ley es la de la gratuidad de la educación y la construcción paulatina, en los hechos, de otra universidad que cobije a los más pobres, a los que más trabajo les cuesta estudiar. Nuestro reto ahora es escribir con la lucha una regla más: que en la UNAM no cabe el porrismo, que se tienen que largar de nuestras escuelas y sus alrededores porque no permitiremos que pasen, que actúen, ni que se fortalezcan.
¡Esos grupos de golpeadores no deben existir! Está en nuestras manos y en las de nadie más. Sólo así avanzaremos en la construcción de una mejor universidad.

sábado, julio 01, 2006

Presos, campañas y elecciones

Adolfo Gilly *

Compañeros de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, de varios temas quiero hablar hoy con ustedes: la cárcel, la defensa de los presos de Atenco, la Sexta Declaración de la Selva Lacandona y la otra campaña, la UNAM y las inminentes elecciones nacionales.
1. La cárcel
Los compañeros presos están llevando una ardua lucha por sus derechos, por sus ideas y por su libertad. Todo apoyo externo hacia esa lucha es significativo y bienvenido, tanto para los de adentro como para los de afuera, las dos dimensiones que el mundo adquiere cuando uno está preso. Como preso político del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz estuve seis años en la antigua cárcel de Lecumberri, entre 1966 y 1972, junto con muchos otros compañeros de organizaciones de izquierda y del movimiento de 1968. Hablo, pues, por experiencia vivida y por conocimiento recibido, desde mi primera e invariable adhesión al socialismo revolucionario, allá por 1944, el día en que el pueblo de París reconquistó, armas en mano, su ciudad sobre los invasores nazis.
Diré cinco puntos, que no por sabidos está demás repetir en estos días:
a) El primer territorio de defensa de los presos es la organización de su vida en la prisión. Es preciso ordenar la rutina de la vida cotidiana contra el mundo absurdo de la cárcel: el despertar, el dormir, el ejercicio, la conversación y la discusión, la cocina o el sencillo aderezo de la comida recibida, la convivencia, las noticias, la lectura y el estudio entre compañeros.
b) Es necesaria la relación más estable posible con los presos comunes. No puede ser una relación de intimidad, pero tampoco una de lejanía. La mayoría de ellos respeta a los presos políticos, muchos los ayudan y son solidarios. Es preciso establecer, desde el lado de acá, una relación de distancia y respeto con los guardianes: evitar entrar en conflicto, evitar entrar en confianza. Algunos de ellos pueden ser, sin demostrarlo mucho, humanos y hasta solidarios. Se trata de aprender a distinguirlos.
c) Hay que instalarse en la cárcel como en territorio propio, superar la ansiedad de esperar cada día la salida, vivir a fondo cada uno de esos días, muchos o pocos, como todos los días de la vida. Es preciso estudiar, aprender lo que otros saben y enseñar lo que uno puede. Es necesario el orden y hasta la pequeña belleza dentro de cada celda o espacio ocupado. En el año 2000, las compañeras presas del movimiento estudiantil de la UNAM hacían todo esto y habían armado unas celdas impecables, contra la dirección carcelaria que prefiere el desorden, la dejadez, la depresión. Es preciso recurrir a esa experiencia, así como a la de los compañeros del 68 y a la de tantos otros compañeros y compañeras que han pasado por cárceles mexicanas o latinoamericanas, a comenzar por los presos zapatistas.
d) El apoyo externo de familias y compañeros es indispensable e invalorable, cualquiera sea la forma que tome: visitas, libros, comidas, canciones, mensajes. La cárcel es una prueba de amistad, fraternidad y solidaridad. Junto a la lucha por la libertad, es necesaria una lucha tenaz y cotidiana por las condiciones dentro de la cárcel, la entrada y la amplitud de las visitas, el derecho a tener libros, televisores, radios, computadoras, utensilios de cocina, todo aquello que hace la vida cotidiana y que en la cárcel se comparte. Todo eso se había conquistado en la cárcel de Lecumberri ya en tiempos de Díaz Ordaz. No es posible aceptar que hoy ya no exista.
e) Ni la vida en la cárcel, ni la revolución, ni el movimiento social necesitan de héroes. El heroísmo proclamado suele ser un mecanismo de culpabilización de los demás, de quienes no somos héroes, sino nomás personas cotidianas. Los héroes verdaderos no saben que lo son y, por lo tanto, no lo andan proclamando. Entre las cosas del heroísmo inútil están las huelgas de hambre innecesarias. No tiene caso, apenas caído preso o presa, iniciar una huelga de hambre por la libertad. Existen antes otros caminos y otros métodos. La huelga de hambre es un método de lucha extremo, cuando ya no queda de otra, como los revolucionarios rusos en las infames prisiones de Stalin, los insurgentes irlandeses en las cárceles crueles de Margaret Thatcher o los presos de Bush en el espacio sin ley de Guantánamo. Como sucede con cualquier otro método de lucha, la huelga de hambre innecesaria desgasta al compañero y al movimiento y no hace mella al enemigo.
No vengo aquí a decir a nadie lo que tiene que hacer. Digo nomás que es preciso recurrir a la experiencia vivida, que entre nuestra gente mexicana las sucesivas generaciones y sus luchas han atesorado.
2. La defensa
Dos cosas aquí quiero anotar:
a) La defensa de los presos políticos es una tarea democrática. Como tal, es una tarea amplia, en la cual hay que incluir al mayor número disponible, voluntario y posible, cualesquiera sean sus ideas, creencias o posiciones sobre otros temas. Excluir de esa defensa a compañeras o compañeros porque se tienen posiciones divergentes o contrarias, o por sospechar que quieren sacar provecho de su participación, o por la diferencia política que sea, es sectarismo de lo peor. Es hacer de los presos la propiedad de cada grupo o capilla.
No estoy hablando de la situación actual, que a este respecto desconozco. Hablo de una larga experiencia nacional e internacional que una y otra vez reaparece, al igual que la grilla, al igual que las sectas, los poseídos y los iluminados. La defensa de los presos no es propiedad de nadie. Bienvenidos cuantos quieran organizarla en sus tiempos y a sus modos. Las puertas de la campaña por la libertad de los presos de Atenco están abiertas para quienquiera venga a sumarse, en lo que quiera y como pueda.
b) Los procesos contra los presos de Atenco no tienen ningún sustento jurídico. Cualquier juez honesto ya los habría puesto a todos en libertad. La tarea de los abogados es demostrarlo, y lo están haciendo. Tampoco tiene sustento jurídico la separación de los presos y el encierro de tres de ellos en una cárcel de alta seguridad. La defensa jurídica no sustituye ni perjudica a la defensa política. Una defensa legal con abogados capaces, coordinados y democráticos es indispensable para destruir en el terreno jurídico el montaje de los fiscales y los jueces. La mano que abre las puertas de las cárceles es la movilización y la defensa política, pero la llave necesaria para que esa mano lo haga es la defensa jurídica. No la descuidemos ni la menospreciemos. Respetemos a los abogados que nos defienden. También aquí en México hay una larga experiencia. Tengo entre mis recuerdos la solidaridad, la valentía y la destreza profesional de dos abogados que hace 40 años se la jugaron por nosotros: Carlos Fernández del Real y Guillermo Andrade.

3. La Sexta Declaración y la otra campaña
La revista Contrahistorias, que hoy presentamos, publica los comentarios de quienes estamos en esta mesa sobre la Sexta Declaración de la Selva Lacandona. Se trata de un documento razonado, vívido, con sustento teórico y escrito en el sencillo lenguaje de la experiencia. Dice las palabras que los políticos y los partidos institucionales niegan o eluden: explotación, despojo, racismo, represión, las cuatro patas reales del régimen capitalista en México y en el mundo, aunque las encubran las ideologías y las televisoras.
Sobre ese texto fundador el EZLN lanzó la otra campaña. Recogió en su trayecto múltiples voces y organizaciones de los pueblos que dijeron del dolor, el sufrimiento, la opresión, la explotación, y también del respeto a sí mismo y a los demás, de las luchas y sus motivos, sus deseos y sus objetivos.
Creo que ese memorial de agravios, ese paciente escuchar que ninguna otra organización emprendió con tal intención y envergadura, fue una iniciativa necesaria y un acto de audacia intelectual, esencial entre todas las audacias.
Creo que es preciso terminar esa tarea. De ella -no de los acuerdos de cúpula para después negociar con quienes ocupen cargos electivos- tendrá que surgir un documento que alcance a expresar esa realidad y sus demandas, como los 11 puntos iniciales de la rebelión de 1994 expresaron las de las comunidades indígenas sublevadas. Tendría que ser la forma programática de todo lo vivido y escuchado y dicho, las palabras que expresaran a la vez las luchas, los objetivos y los deseos de vida y libertad, de trabajo y disfrute, de fraternidad y respeto.
No sé cómo se podrá llegar a hacer ese documento, pero se está volviendo tan indispensable como la organización autónoma frente a las instituciones y a sus partidos. En este punto siento que entre el discurso teórico y político de la Sexta Declaración y la actividad organizativa de la otra campaña está existiendo desde finales de abril una disparidad. No soy adherente de la otra campaña, pero creo que puedo transmitirles mi preocupación.
La otra campaña se declara ya una organización, y tal vez lo sea. Pero lo que uno alcanza a ver es una sumatoria o una agregación de diversas organizaciones, más grandes o más pequeñas, cada una con sus propios fines, programas, creencias y lealtades internas, que se han colocado bajo el paraguas de la otra campaña y de la persona y la conducción del delegado Zero, pero poco comunican entre sí, si es que lo hacen.
Si en verdad se trata de una organización, es una frágil ligazón la que los une. Pueden converger para una u otra actividad. Pero la lucha revolucionaria no está hecha de la sucesión de las campañas y de la suma de los grupos, sino de la creación en las luchas del tejido social de ideas, lealtades, experiencias y confianza mutua por medio de la prueba, en el tiempo y en el territorio, de victorias, derrotas, fidelidades, fraternidades y solidaridades.
De lo que se trata, pienso, es de crear espacios de encuentro, grandes o pequeños, para las diversas luchas y organizaciones sociales, políticas y culturales que la iniciativa zapatista ha convocado y las que corren por otros caminos. Esos espacios no pueden ser una organización centralizada, sino el lugar de encuentro y coordinación de realidades, experiencias y memorias muy diversos. La organización no puede preceder al programa. Se van formando juntos, los une la experiencia y la fraternidad, brotan de la vida real que trascurre en lo mínimo y en los detalles. Esto ya existe en cada metro cuadrado de tierra mexicana.
Quien se proponga organizar ese universo en movimiento necesita flexibilidad y, sobre todo, ideas trabajadas entre todos, no consignas recibidas por ninguno. Necesita, además, aquello más durable de las tradiciones de lucha que nuestros ancestros nos han trasmitido: una indestructible tolerancia entre compañeros, el que está a nuestro lado y piensa diferente, el que quiere estarlo y aún no se decide, el que se alejó y quiere regresar.
4. La UNAM
Hablé de tolerancia y de fraternidad. Daré un ejemplo práctico de qué entiendo por tales palabras, desde mi pequeño espacio en la comunidad de trabajo, conocimiento y estudio de la UNAM. Los compañeros de la ENAH aquí presentes podrán perfectamente comprenderlo.
Compañero delegado Zero: vengo a pedir aquí que el auditorio Che Guevara nos sea devuelto a la comunidad universitaria. Defiendo un espacio público que es de la comunidad, no de uno o varios grupos cualesquiera sean sus ideas, motivos o razones para ocuparlo desde hace años. Pido simplemente respeto a un principio mínimo de universalidad.
Nuestra comunidad ha sido despojada del usufructo colectivo de un espacio, un bien común que debe ser de todos. Siendo de todos, quien tiene derecho o no a utilizarlo no puede ser decidido por uno o varios grupos de ocupantes ni tampoco por la sola voluntad de las autoridades. En uno y otro caso, es autoritarismo y exclusión. No sé quiénes son las personas que mantienen ese espacio público en su poder ni qué ideales o intereses los guían. Me da lo mismo: el Che Guevara no es de ellos, es de todos.
Compañero delegado Zero: ustedes han utilizado ese espacio, objeto de un despojo, para reuniones de la otra campaña. Entiendo, pues, que tienen buena relación con esas personas. Vengo a pedir dos cosas, a los compañeros de la otra campaña y a ti personalmente:
a) Que ya no acepten reunirse en ese auditorio arrebatado a la comunidad universitaria y no legitimen de ese modo el despojo. Son los sectores más reaccionarios quienes están felices con que el Che Guevara haya dejado de ser lo que antes era. No moverán un dedo para cambiar la situación.
b) Que la otra campaña, y tú personalmente, pidan a las personas que ocupan el Che Guevara que lo devuelvan a nuestra comunidad. Sugiero que esa devolución sea a una comisión de estudiantes, profesores y trabajadores elegida democráticamente por la comunidad de la Facultad de Filosofía y Letras; que esta comisión se haga cargo del uso y la administración del auditorio abierto a todos; y que vuelva a ser uno de nuestros grandes espacios públicos de discusión, de organización, de luchas, de cultura, de arte, de encuentros de todo tipo abierto a todos los cientos de miles de universitarios de la UNAM. Por eso lo llamamos Che Guevara.
5. Las elecciones
El próximo domingo 2 de julio tendremos las elecciones presidenciales. Tengo entendido que la otra campaña piensa convocar a una manifestación para ese día, a las 10 de la mañana, desde el Angel de la Independencia hasta el Zócalo. Tengo entendido también que entre el viernes 30 de junio y el sábado primero de julio, la otra campaña realizará una reunión plenaria donde se tomarán acuerdos sobre esa actividad.
Pido aquí que en esa plenaria decidan remplazar esa manifestación por otro tipo de actividad colectiva en un recinto preciso, donde no interfiera con quienes quieren ir a votar o no pueda ser tomada como pretexto para una provocación de cualquier tipo. No les propongo un repliegue, sino un cambio espacial de juego. Diré mis razones.
Como lo he dicho públicamente hace ya tiempo, no votaré el 2 de julio por ninguno de los candidatos presidenciales ni los de sus partidos. No necesito repetir aquí lo ya escrito. Los cinco candidatos se limitan a proponer modos diversos de administrar el orden neoliberal, según lo exige el Acuerdo de Chapultepec. Veo proyectos y propuestas improvisados e irrealizables. Escucho consignas, insultos y palabras vacías. Entonces, no les puedo creer. Pienso que es preciso mantener la propia independencia y no alimentar ídolos ni ilusiones para poder organizarnos cuando se venga lo que sin falta se ha de venir.
Pero sucede que la elección es vista por muchos como una posibilidad de cambio o de defensa. No se trata sólo de la disputa por el mando entre diferentes gestores del neoliberalismo. Por otro lado, el acto electoral condensa la expectativa, el deseo, la ilusión, lo que ustedes quieran, de una buena parte de la población que cree poder utilizar su voto como instrumento de cambio o de protección contra la derecha social, institucional y confesional. Muchos de esos que quieren votar son de los nuestros. Son aquellos que defendieron la rebelión de enero de 1994, los acuerdos de San Andrés, la Marcha del Color de la Tierra, la educación pública, y defienden hoy a los presos de Atenco sobre los cuales todos los candidatos callan.
Una cosa es no alimentar ilusiones y mantener la propia independencia de pensamiento y de acción. Otra es imponer a los demás, que creen o quieren hacer su propia experiencia, la convicción de uno. Es preciso comprender ese deseo, esa ansiedad diría yo, convencida o escéptica, que llevará a votar a tantos con quienes infaltablemente nos encontraremos del mismo lado en las luchas futuras. Que escuchen las razones de la otra campaña es una cosa; que lleguen a verla como un obstáculo autoritario a su experiencia y a su afán de hacer algo en la elección, es otra.
Compañeros de la otra campaña, compañero delegado Zero: no propongo silenciar verdades ni compartir ilusiones o ansiedades; pero nada hay que hacer en lo inmediato que separe en los hechos a la otra campaña de quienes están de este lado y lo estarán mañana cuando haya que enfrentar al gobierno neoliberal del color que nos toque. Es preciso comprender a quienes en verdad son de los nuestros y respetar su deseo actual de acudir a votar, para preparar desde ahora el encuentro futuro y no muy lejano.
Para eso, dos cosas son necesarias: mantener, decir y explicar la propia posición; y no hacer nada que parezca oponerse en los hechos a que los demás expresen la propia y hagan su experiencia por sí mismos.
Recordarán después palabra y actitud, cuando llegue la hora del encuentro.

* Mensaje leído en la presentación de la revista Contrahistorias, en la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Cuicuilco, 26 junio 2006.

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